#PAWAdictos! Los muñecos Worry Eaters llegaron hace casi 1 año a nuestro país gracias a nuestros amigos de Devir. Hoy, nos cuentan la experiencia que la psicóloga Andrea Cardemil ha tenido con los muñecos que devoran las preocupaciones. Los detalles, en el comunicado.
Amiguitos hambrientos de Problemas
Hoy vivimos rodeado de situaciones estresantes y problemas, causantes del ritmo acelerado que llevamos durante nuestra jornada diaria. A veces, no nos damos que cuenta que no solo nosotros tenemos experiencias agobiantes, los pequeños también sufren las consecuencias de la modernidad y aún no tienen la experiencia para superar sus preocupaciones.
La mayoría de nosotros recordamos la niñez con una sonrisa gracias a los trucos mágicos de la memoria que limpia nuestros llantos y nuestros primigenios temores. Olvidamos que alguna vez irse a la cama representaba un escollo insalvable o que las tardes en el colegio podían convertirse en un circo romano. Hoy, con los avances tecnológicos y el desarrollo de una sociedad de competencias, la etapa de la infancia debe responder a nuevos desafíos en una comunidad de pares con mayor acceso a estímulos mediales y expectativas de aprendizaje, todo lo cual puede conducir a los niños hacia situaciones de angustia tanto o más severas que las de un adulto.
La psicóloga Andrea Cardemil, especialista en terapia infantil y autora de los libros “Apego Seguro” y “Separarse con Niños Pequeños”, se dedica a resolver precisamente este tipo de casos.
“Problemas de niños que les cuesta dormir, con dificultades en la alimentación, en el desarrollo de sus habilidades sociales, con mucha ansiedad, depresión y déficit atencional”.
Afirma, sentada en uno de los sillones de su consulta en donde recibe pacientes pequeños y también más grandecitos: sus padres. Según confiesa, sabe a ciencia cierta cómo es la experiencia de la crianza.
“Las últimas investigaciones han demostrado que no da lo mismo lo que hacemos (los padres) en situaciones de estrés y que gran parte del desarrollo del niño depende de las prácticas parentales”.
Señala en relación a una de sus publicaciones.
Entrar en la consulta de Andrea es como internarse en la habitación de un niño. Cada rincón parece habitado por algún muñeco o juguete ansioso por ser usado para una nueva aventura. Los que vieron Toy Story no se sorprenderían de ver salir a un pequeño cowboy caminando junto a un largo perro con cuerpo de resorte. Es que parece que jugar es la clave para entrar en el mundo de los problemas infantiles. “El juego es el lenguaje de los niños”, comenta Andrea.
“Si uno quiere trabajar con ellos tiene que hablar su idioma. Los niños procesan sus experiencias a través del juego, es la forma que tienen de contarnos lo que les pasa”.
El juego es diversión y también una gran herramienta que, al parecer, todos tenemos en nuestro adn. Para la experta, en el juego,
“El niño está manejando lo que ocurre de manera metafórica y él tiene el control, entonces eso le permite poner fuera todo lo que le ocurre en su mundo interno sin la angustia de que lo van a retar y le permite a uno plasmarlo para poder entenderlo”.
Los Come Problemas.
Los Worry Eaters son una gran familia de pequeños amigos traviesos con llamativos nombres como Flint, Saggo y Polli. Simpáticos y coloridos, su propósito no solo es servir de juguete sino también convertirse en un amigo bastante especial para el niño: uno que lo ayudará a liberarse de sus preocupaciones.
La idea detrás de los Worry Eaters funciona de un modo parecido al cuento del ratón de los dientes: los niños escriben o dibujan sus temores en un papel y se lo dan de comer a su Worry Eaters, el que lo mantendrá guardado hasta que uno de los padres abra su sonrisa y vea de qué trata. Peleas en el colegio, miedo a los profesores o conflictos familiares más serios, pueden ser parte de su dieta y ayudarán a los padres a conocer y tratar de dar solución a los problemas de sus hijos.
Creados por la industria juguetera alemana y con un exitoso paso por otros países de Europa, los Worry Eaters han llegado a nuestro país de la mano de Devir Chile. Andrea Cardemil los conoce y ya los está usando como parte de sus terapias.
“Los Worry Eaters lo que hacen es estructurar y darle un componente lúdico a un proceso que en sí es muy difícil: contar tus miedos. La metáfora del proceso de sacar de tu interior el miedo y dejarlo escondido, para mi fueron maravillosos”.
Los Worry Eaters parecen abrir las puertas a un mundo que los adultos hemos abandonado: la fantasía. “Mi consejo para usarlos es sintonizar con la magia”, señala la psicóloga.
“Es como cuando uno en Navidad le dice al niño ¡Mira, vi pasar al Viejito Pascuero! Tenemos que ponernos a la altura de los niños y jugar. Es una gran herramienta para los papás y para todas las personas que trabajamos con niños, llámese psicólogos, pediatras, educadoras de párvulos. Debería haber un Worry Eater en el jardín, en el colegio porque de verdad es un medio que permite al niño externalizar su miedo de manera segura”, agrega.
Al fin, parece que los niños de hoy tienen varios motivos para ver la vida en blanco y negro al igual que un adulto, y que volver a ser niño podría dejar de ser una fantasía deseable. Pero también hay profesionales como Andrea Cardemil, personas dispuestas a ayudar a padres e hijos con sus conflictos y, entre los juguetes, también algunos pequeños guardianes de peluche listos para acompañarlos en el recorrido de sus pequeños arcoíris, para asegurarse de hacer verdad eso que dicen: todos los problemas tienen solución.
Fuente: Devir
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