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[OPINIÓN] CYBERPUNK 2077: La Narrativa del Futuro Oscuro
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#PAWAdictos! Soy Acratar y esta vez les traigo una columna de opinión y análisis sobre la narrativa de Cyberpunk 2077, y como logra transmitir la verdadera experiencia del género Cyberpunk en el futuro oscuro, una necesidad que lleva décadas sin ser saciada correctamente en el mundo de los videojuegos. Como siempre esta crítica está disponible en audio. <3 ¡Más detalles aquí en PAWA!

Disclaimer: Esta no es una review a cabalidad del juego, para ello hay una publicación aparte, así que no esperen leer acá ni de la performance, ni los bugs, ni la polémica.

HACE AÑOS ATRÁS

I’m not one for reminiscing but
I’d trade it all for your sweet embrace

Durante el año 2014, por vueltas del destino, me inicié en el mundo del rol. Jamás podría haber predicho la enorme importancia que este hobbie iba a tener en mi vida, pero esa es una historia para otra ocasión. El segundo juego que tuve la oportunidad de probar fue Cyberpunk 2020, el legendario RPG creado por Mike Pondsmith en 1988, jugamos una historia corta de mas o menos 3 sesiones, y al amanecer de la sesión final durante la ritual conversación de amanecida, yo no podía deshacerme de la idea que había jugado un juego increíblemente entretenido, pero profundamente estúpido.

No me malentiendan, el firme agarre de las corporaciones como enemigo supremo para los personajes de Cyberpunk era increíblemente verosímil, el ritmo de la acción y la crudeza del combate era fascinante… pero la tecnología me parecía absurdamente retro, no se sentía como un juego futurista, sino retrofuturista. No podíamos en el 2014 sentir la verdadera experiencia Cyberpunk, ya que 2020 estaba pensado desde los 80’s. Cuando mencioné eso, el máster me mostró un video en Youtube, un teaser que ya llevaba un año arriba, en él que se anunciaba 2077, y la promesa una verdadera experiencia Cyberpunk desde los parámetros de nuestra época.

Hoy, 6 años después, con el lanzamiento casi simultáneo del videojuego y la nueva edición del RPG: Cyberpunk RED, puedo decir que al fin, esa promesa fue cumplida.

INTENTOS PREVIOS

‘Cause we lost everything
We had to pay the price

El Cyberpunk se ha configurado durante las últimas décadas como un subgénero de la ciencia ficción. No me detendré demasiado en los hermosos y numerosos exponentes de este género, sino en dos obras que definen de manera eficiente el contexto de recepción de 2077, y ponen en evidencia la enorme falta de una experiencia puramente Cyberpunk en nuestro capital cultural.

En primer lugar, obviamente, está Blade Runner (1982) y Blade Runner 2049 (2017). Ambas obras maestras sin discusión alguna, que logran retratar la identidad decadente de las megalópolis del futuro oscuro, y representar de manera genuina e intrigante las complejidades de la inteligencia artificial. El salto tecnológico entre ambas es precisamente lo que se espera de la diferencia entre Cyberpunk 2020 y Cyberpunk 2077, por lo que, bajo todos los parámetros cumple perfectamente con la parte del ‘cyber‘ pero no tanto con la parte del ‘punk‘.

En segundo lugar, parece obligatorio hablar de Black Mirror (2011), esta serie que hizo un trabajo aparentemente imposible: traer narrativas y tópicos Cyberpunk al público mainstream. Lo mejor de Black Mirror es que el setting y la estética están tomados de nuestro contexto contemporáneo, por lo que todas sus historias se sienten aterradoramente cercanas, muchas veces implicando tecnología que ya existe o que podríamos imaginar existiendo en un futuro próximo. Black Mirror llegó para hacernos caer en la cuenta de que estamos viviendo los tiempos que en los 80’s se veían como el futuro, y trajo increíbles narrativas y tópicos que solo pueden ser contados a través de este género. Pero nuevamente, esta serie hace un excelente trabajo en el área del ‘cyber‘, pero deja casi completamente fuera el aspecto ‘punk‘, nos aterra con la abrumadora tecnología que cancela nuestra propia humanidad… pero no presenta verdaderas intenciones rebeldes, ni las respuestas violentas que son absolutamente necesarias para poner el ‘punk‘ en ‘cyberpunk‘.

Podría seguir hablando eternamente sobre hermosos exponentes del género, cómo Ghost in the shell (1995), Altered Carbon (2018), Akira (1988), Matrix (1999), etc… Pero creo que es más importante hacerme cargo de mi clara omisión a precedentes en el mundo de los viedojuegos.

Debo comenzar declarando que: si bien existen videojuegos con temáticas y estéticas Cyberpunk, no existía ninguno que entregara una verdadera experiencia narrativa del género Cyberpunk; algunos solo se limitaban a la estética, otros no tenían suficiente ‘cyber‘, otros no tenían suficiente ‘punk‘, y algunos cometían el mayor crimen de todo, que es, aún teniendo todos los buenos ingredientes, limitarse a contar historias que podrían haber sido contadas en otros settings, en lugar de aprovechar el mundo construido para contar historias solo posibles a través del Cyberpunk, como es el caso de Detroit: Become Human (2018), donde decidieron contar una historia sobre discriminación racial, a través de la idea de la inteligencia artificial, en lugar de una historia que realmente complejizara las implicancias de una inteligencia artificial, como si lo hace la película Ex Machina (2015) por ejemplo.

No teníamos hasta la fecha, una verdadera experiencia narrativa del género Cyberpunk en el mundo de los videojuegos, y fue ese hambre el que vino a saciar CD Projekt Red, y vaya que lo supo hacer.

UN RELATO A DOS VOCES

There’s a canvas with two faces
Of fallen angels who loved and lost

Como todo el mundo sabe, V, el/la protagonista de 2077 tiene atrapado en su propia cabeza la identidad digitalizada de Johnny Silverhand (Keanu Reeves), que aparece, no solo durante la historia principal, sino constantemente a lo largo del juego, dando su opinión, señalando cosas y muchas veces discutiendo con V sobre diferentes situaciones.

La dualidad entre Johnny y V se configura en varios niveles: el primero es el más obvio, el hecho de que son personas diferentes con objetivos e ideales dispares que se ven obligadas a compartir un cuerpo, en una relación de sumisión donde solo uno a la vez puede tener control sobre dicho cuerpo, y esta dualidad tiene fecha de vencimiento ya que tarde o temprano llegará a un punto donde las consecuencias serán irreversibles.

El segundo nivel de dualidad corresponde a lo que se dedican ambos personajes: Johnny Silverhand es un personaje famoso en el lore de Cyberpunk 2020, el juego de rol. Es lo que se conoce como ‘rockerboy‘, un artista rebelde que agita a las masas para hacerle la guerra a las megacorporaciones que atentan contra todo lo que el rockerboy ama. Johnny en particular pasó a la historia como un terrorista gracias a cierto golpe que si no conocen prefiero no spoilear. Es un rebelde, ególatra y anarquista, pero que lucha por la belleza y la libertad a través de las armas y la música. En cambio, V, es lo que en términos del juego llamaríamos un ‘solo’, que se refiere a un mercenario que pone sus armas y experiencia al servicio del mayor postor, pero no suele poner su ideología por delante, lo que le importa es la supervivencia y el dinero.

El tercer nivel en que se configura la dualidad de las voces en 2077 tiene que ver con la diferencia generacional, el diálogo entre Silverhand y V es un diálogo entre el 2020 y el 2077, entre la primera edición de Cyberpunk y la última entrega de esta franquicia. En el Night City del 2020 la lucha contra las corporaciones estaba viva, el mundo se alzaba y protestaba a pesar de los riesgos, le ponían el ‘punk‘ en ‘Cyberpunk‘; luchando, rebelándose y matando en nombre de la libertad, la sinceridad y la belleza, lo cuál culminaría en el atentado de la torre de Arasaka en el 2023, que desató la cuarta guerra corporativa y convertiría Night City en una zona postapocalíptica durante décadas. Johnny es el emblema de esta década e ideología, V en cambio, está completamente condicionado por el 2077.

Johnny Silverhand en el manual de 2020

Johnny Silverhand en el manual de 2020

La época en la que se desarrolla el juego nos muestra un mundo aún más sumido en caos ecológico y político, con una Night City donde el control de las corporaciones vuelve a ser firme y severo luego de décadas de reconstrucción, V es un hijo del 2077, quién a pesar de sentir odio y resentimiento hacia las corporaciones, no es derechamente un revolucionario, no tiene ideales firmes y valora demasiado su supervivencia como para estar dispuesto a sacrificarse por una causa, al menos al principio.

Una de las propuestas mas interesantes de la narrativa del juego, es que depende de ti como se desarrolla la relación entre Silverhand y V, si coinciden en algunos puntos, si se ignoran, si derechamente se odian, etc… y puede llegar a ocurrir que V entienda y asuma para si mismo los ideales de Johnny, forjando una extraña amistad entre ambos, o puede ser también que V entienda a Silverhand como un cáncer en su sistema, y no esté dispuesto a escucharlo ni a darle en el gusto.

Johnny vs V, rockerboy vs solo, 2020 vs 2077. El único factor en que ambas partes coinciden desde un principio, es en esa relación de amor y odio con el escenario donde ocurre toda la historia, la ciudad con el índice de mortalidad más alto de américa, la ciudad de los sueños.

NIGHT CITY

I am your demon never leaving
A metal soul of rage and fear

La ciudad de los sueños contiene el alma de Master Mirror, el oscuro personaje de The Witcher 3, ya que es capaz de entregarte cualquier cosa que desees, pero a un precio que te hará cuestionarte si realmente valía la pena todo el sufrimiento.

Desde un punto de vista estético, la ciudad rebosa personalidad en cada uno de sus rincones. Nada se ve genérico ni de relleno, se nota que le dieron un enfoque hacia la calidad y personalidad más que al tamaño del mapa, ya que un mapa más pequeño como este, y con tantos lugares memorables, te permite conocer realmente la ciudad y aprender a navegarla.

En otros videojuegos de mundo abierto, puedes simplemente poner un marcador en el mapa, apretar el acelerador, y eventualmente llegar a tu destino, la ciudad y los escenarios se hacen a un lado para que llegues sin mayores complicaciones ni contratiempos, la arquitectura se pone en segundo plano para permitirle al jugador sentir comodidad e inmediatez, la ciudad actúa como telón de fondo, más que como escenario o personaje.

En Cyberpunk 2077, Night City no tiene ningún respeto por el jugador, la ciudad es intrincada e inclemente, con calles que se entrecruzan, ensanchan y ajustan siguiendo reglas que no toman en cuenta al personaje. La ciudad no es solo el telón, es todo el escenario, es un personaje que puede presentarse como aliado o como enemigo, lo hermoso de esto es que te obliga a pensar como un residente de Night City, y a tener en cuenta la ciudad a la hora de trazar tus planes, ejercitando tu conocimiento de la metrópolis de manera que solo se podría logra en un mapa de este tamaño, donde cada espacio, calle y edificio, es completamente icónico y fácil de recordar.

Desde los megaedificios de Watson, pasando por las mansiones de North Oak, a través de la zona coporativa y hasta los arruinados suburbios de Pacífica. Cada barrio de la ciudad tiene su propia atmósfera, que se relaciona con las diferentes corrientes estéticas de la moda Cyberpunk; el kitsch, entropismo, neomilitarismo y neokitsch. Cada uno de los barrios de la ciudad está definido y condicionado por la rica historia de Night City, nada parece ser al azar, desde la arquitectura, los negocios, hasta los habitantes y las bandas criminales, todo está armado y pensado con extremo cuidado y coherencia, bebiendo de la enorme historia de esta ciudad para diseñar cada uno de los espacios y personajes que la pueblan.

Hablando ya desde gameplay, hay dos grandes innovaciones que involucran al diseño de la ciudad. El primero, es la exquisita verticalidad de los espacios; si pensabas que la ciudad ya era enredada y compleja en un solo nivel, ahora imagina la cantidad de edificios, pasarelas, centros comerciales, autopistas, bodegas y callejones que se disponen no solo en un plano horizontal, sino también vertical, entregando la sensación genuina de estar en una ciudad del futuro cercano. El segundo, es la espontaneidad artificial que entrega el sistema de quest a la hora de recorrer la ciudad, el hecho de que diferentes misiones secundarias estén concatenadas las unas con las otras, y no dependa de ti activarlas, sino que te llamen para ofrecértela sin previo aviso, da esa sensación de una ciudad viva donde los personajes están haciendo sus vidas fuera de la cámara, e interrumpen tu deambular por la ciudad para llamarte con una oferta de trabajo o grito de ayuda. Y es aún más interesante y poderoso cuando esas llamadas aparentemente espontáneas, viene de personajes con los que ya tienes una relación, y por el cariño que les tienes no puedes ignorarlos cuando te piden ayuda. Porque, al final del día, la narrativa del futuro oscuro que ofrece Cyberpunk 2077, tiene su motor en las relaciones interpersonales.

A THING OF BEAUTY, I KNOW

En un mundo arruinado y en una ciudad mortal, donde el sobrevivir es la razón por la que te levantas cada día, donde no puedes confiar en nadie por temor a una bala en la cabeza, donde el día de mañana puedes despertar en una tina con hielo, siendo preparado para que cosechen tus implantes, donde las megacorporaciones controlan cada una de tus necesidades y beben de tu humanidad en cada oportunidad que se les presenta. Es ahí donde nadie podría cuestionarte el ser completamente nihilista y frío, no confiar en nadie y que no te preocupe nada más que tu propia persona.

No hay existe nada más arriesgado y valiente en Night City, que dejar que alguien te importe.

Si bien este juego es sobre criminales, en un mundo donde puedes pasarlo bien: drogarte, andar en autos super rápidos, salir a bailar, asesinar gente, tener sexo y beber. Esto no es un GTA, no se trata de vivir la vida del rockstar, no se trata de glorificar el asesinato y el entretenimiento, no, el centro de la narrativa de 2077 no se encuentra en la adrenalina ni en la diversión, se encuentra en la profunda tristeza y desolación que se cierne sobre cada una de las vidas de los habitantes de Night City, una ciudad que no le da ninguna importancia a la vida humana, y se expresa a través del desapego y brutalidad de sus mismos habitantes.

Cyberpunk 2077 presenta un mundo de sufrimiento; donde la gente es asesinada sin miramientos, donde las corporaciones quiebran a cualquiera, donde no hay verdadera esperanza de felicidad o salir adelante, donde tienes una pésima mano de cartas, y la casa siempre va a ganar, y lo peor de todo, nadie es inmune a esas realidades, todos llevan el peso de lo que han perdido y a quienes han perdido. 2077 no es un first person shooter, es un first person rpg, y por ello, le devuelve el peso a la muerte, a las decisiones, al sacrificio y al sufrimiento. Pero por sobre todo, le devuelve el peso a los NPC’S, ya que son ellos y ellas los que le entregan una razón de existencia a V, si decides hacer amigos, si decides enamorarte, crear lazos y arriesgarte por algo más que tu propio pellejo, si eres capaz de sentir el dolor de la pérdida y odiar a la ciudad por arrebatarte a quienes te importaban, y odiarte a ti mismo por haber sido lo suficientemente ingenio como para crear lazos en Night City.

Cyberpunk 2077 entrega una narrativa profundamente triste, desesperanzadora y desgarradora, pero el futuro oscuro no se debería tratar solo de agarrarse a balazos y pasarlo bien, tienes que poder sentir el peso de la realidad para entender a quienes se rebelan contra ella, y luego ser tú quien se alza.

En el setting más despiadado y egoísta que podría existir, lo más valiente que puedes hacer es permitirte sentir amor.

WILL NEVER FADE AWAY.

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